Por Guillermo Bernal Franco
Las desafortunadas declaraciones de Felipe Calderón el pasado 20 de noviembre pone de manifiesto la actitud insolente de quien deberia aceptar los triunfos del Partido Revolucionario Institucional en el estado de Michoacán. En el discurso que pronunció por el 101 aniversario de la Revolución Mexicana, en el contenido del mismo pretende involucrar al crimen organizado en el triunfo priísta. Es lamentable que piense de esa manera.
Es criticable que se pretenda dar lecciones de democracia ante el cuestionable "triunfo" que lo llevó a la presidencia de la República. El triunfo de Fausto Vallejo se debió principalmente por ser una persona arraigada en Michoacán y tener un largo historial politico que lo identifica con la gente.
La candidata panista Calderón no fue favorecida con el voto de los michoacanos y no por ser hermana del presidente Felipe Calderón se le debió dar el triunfo.
Es importante que se deje de hacer acusaciones draconianas y temerarias ante la incapacidad panista de ganar las elecciones en Michoacán.
Cada día se perfila el PRI para llegar a los Pinos. La politica es trabajo permanente pero jamás de ocurrencias o de buenos deseos.
